11 de agosto de 2011

Memorias de un hígado

El galés Richard Gwyn es poeta, novelista y traductor ocasional de Bolaño. En su autobiografía The Vagabond’s Breakfast, que esconde un ensayo tan íntimo como On being Ill de Virginia Woolf, el autor cuenta cómo salvó la vida por un transplante de hígado. El hígado que Bolaño esperaba, ese que su hepatólogo no pudo conseguirle mientras él le dedicaba un texto póstumo, el hígado que Gwyn le dedica a Bolaño. Citando a Sontag, el autor nos describe dos reinos que se sueñan opuestos: el de la enfermedad y el de la salud. Él ha vivido en ambos. «Es», resume, «como si tuviera los pasaportes de dos países que sospechan el uno del otro». Los súbditos del reino de los sanos recelamos de nuestro reino futuro. Tomamos nota de él. Fingimos aceptarlo objetivándolo. Lo estudiamos en busca de una especie de pasaporte diplomático que nos ahorre los trámites sórdidos.


(Resumen del artículo en la revista Ñ, 19-07-2011. Leer texto completo...)