4 de junio de 2012

De qué hablamos cuando hablamos de economía

¿No estamos hartos ya de la sobredosis diaria de noticias financieras, de esta cascada de datos que no se corresponden con los que más conciernen al ciudadano medio y al trabajador corriente? ¿De verdad estas insistentes estadísticas se merecen un titular tras otro, de lunes a domingo? ¿En serio abstracciones tales como la prima de riesgo necesitan ser atendidas, medidas y comunicadas al país entero cada 24 horas? ¿No tienen también los medios alguna responsabilidad en esta psicosis colectiva? ¿No están malgastando sus energías informativas, sociales y simbólicas en un lugar estéril? ¿Alimentar el monotema no nos convierte en cómplices? ¿No estaremos caminando hacia una profecía autocumplida: tememos estrellarnos, y tanto lo repetimos que quizá lo lograremos? Son sólo preguntas. Pero, al menos por ahora, hacer preguntas sigue siendo gratis. Y renunciar a responderlas puede costarnos caro.